Y despacio, muy despacio, cerró los ojos dejándose llevar por la oblicuidad de sus sentidos, el color se acrecentó, el dolor se apaciguó y el sopor invadió su alrededor, nubes de dulce algodón inspiraban el revolcón por las siete lunas en continuo contraste con la pasión, que supo buscar dentro de su corazón, y despacio, muy despacio, se dejo llevar por los sueños concentrados en el almíbar de su devoción, porque los sueños, sueños son y lo eterno suele ser tan solo un ejemplo para la ocasión, y voló despacio, muy despacio...con el motor de su imaginación...
pd:
despacio, muy despacio,
para continuar saboreando
nuestro alrededor...